He acabado de leer un libro que recomiendo vivamente. Se trata de » La España vacía » de Sergio del Molino editada en Turner. El libro es un ensayo sobre el fenómeno de la desertización de la España interior.

Concluye como se puede imaginar pero ayuda sobremanera e explicarnos muchas cosas del solar patrio con breves incursiones sobre períodos de nuestra historia. Por ejemplo, realiza un brillante análisis del carlismo, fenómeno absurdo sólo explicable en un país que tiene una Navarra, región donde se concentran todos nuestros sinsentidos. Hay una plaza en Madrid que es el colmo de la mala suerte. Se llamaba Vázquez de Mella y le pusieron Miguel Zerolo. Son ganas de fastidiar.

La tesis final del ensayo es que, al margen de revocar una gran cantidad de falsos mitos sobre el fenómeno y dejar sentado que muchos tópicos son simples mentiras, la España desértica es un refugio sólido del conservadurismo en perpetua alianza con curas y militares. Lo de siempre.

Viene todo esto a cuento por el análisis más en boga de las supuestas razones del triunfo de Trump. Se trataría de la nación USA vacía cuyos despreciables habitantes, haciendo caso omiso de los sabios consejos de Cebrián, han optado por un energúmeno sin pies ni cabeza. Un montón de millones que no leen El Pais como nos temíamos.

Creo sinceramente que ser mujer, negro, hispano u homesexual es una opción tan legítima como lo contrario pero resulta, primero, que sigue sin ser obligatorio y, segundo que, contra toda la opinión de los progres españoles, también los aludidos, en cuanto víctimas de la crisis, han votado al histriónico personaje. Qué se le va a hacer.

No he hecho comentario alguno sobre el Gobierno llevando así la contraria al célebre dicho de Tip y Coll sobre lo que se anunciaba para la semana siguiente. A mi el Gobierno no me parece mal teniendo en cuenta lo que había y lo que tenían en la cantera. Me pasa lo mismo que con Morata, que no me gusta pero a ver a quién ponemos. Algunos de lo ministros estaban pidiendo puerta, como Morenés, Fernández Diaz y el gallo Margallo. Otros sirven para hacer bulto y luego está la catalana de cuota que seguirá ahí hasta que un día sea víctima de una ventolera y nos quiera poner a todos a bailar la sardana por el bien de los pueblos catalán y español.

Me hablan muy bien de Dastis pero no tengo referencias suficientes. Es currante, discreto y conocedor de su oficio, todo lo contrario del gallo que, por cierto, ha empezado a largar y no se sabe cuando parará.

Lopetegui ha comenzado a cantar. De dónde habrá sacado a Bartra, Nacho y otros cuantos. Al final echaremos de menos a Villalonga ……por lo menos.