Por circunstancias que no vienen al caso he estado sin escribir un montón de tiempo. Ahora, que acaba de terminar la Feria vuelvo a las andadas movido por mis incondicionales de los tendidos. Bueno, al lío.

Yo dejé un país bastante cochambroso pero a cargo de un Registrador de la Propiedad que era un bendito. No servía -ni lo pretendía- para nada. Tenía un vocabulario de 50 palabras que las utilizaba constantemente viniera o no a cuento. (La ley, el bien de España, su prima -la del riesgo- y cuatro simplezas más). Como buen gallego sabía poco pero se creía el más listo del mundo. Hasta que le alcanzó un tsunami que por poco no acaba con él.

Después el nuevo listo se la jugó, y en plena siesta le quitó la merienda dejándole hasta sin la onza de chocolate. Y lo peor no acaba ahí. Nos ha dejado un regalito al que llama gobierno o gobierna – no me acuerdo – que parece una broma de mal gusto. Se trata de personajes indescriptibles que se dedican a las cosas más absurdas. Son pensadores, ecólogos, partidarios de la igualdad o astronautas. Qué mas dará.

Todo está pensado, como en el Madrid, para que Floren haga las alineaciones  y no se le ponga nadie farruco. Para empezar, acaba de nombrar a Lopetegui de próximo entrenador. Que nos cojan confesados.

Por otra parte está lo de Margarita. Es como un volcán de los de ahora. Mucho ruido. Y si quieres nueces, te vas al súper a comprarlas.