Suenan las «Trumpetas»

Estamos todos como locos con la aparición en escena del pelirrojo teñido y con señora de rechupete. Es la primera vez que los tribuletes presumen de haberse equivocado. No diesen «ya lo decía yo» sino !sálvese quien pueda¡.

La Guinda matiza que ni tanto ni tan calvo. Afortunadamente la mayor potencia del mundo no deja a un imbécil a su libre albedrío incluso con sus bombas nucleares ni su Congreso y Senado. Allí si que funciona lo que en el posfranquismo llamábamos los «poderes fácticos» y los majaderos de ahora simbolizan en el ibex. Detrás del montaje están los grandes inversores, los militares y la alta burocracia. Ya se encargan ellos de convencer al idiota de que, una vez sacie su vanidad, salga a la palestra para decir que ahora no, que esperen al año que viene que la cosa está muy achuchá y no se puede hacer todo en el primer momento.

Al final quedan sólo las grandes frases y promesas celestiales. En USA los presis han sido casi siempre malísimos y su mediocridad es el mejor refugio para sus víctimas. Es caso de Reagan es buen ejemplo para que no se apaguen nuestras esperanzas. Ahora tenemos delante a un imbécil más y, a poca suerte que tengamos, allí lo convertirán en inofensivo. Además para empezar ya ha tenido una idea genial. Ha conseguido que Sánchez los haya visitado para apoyar a su rival…….y ha pasado lo que ha pasado. Un genio digáis lo que digáis.

Hace unos meses escribí que mi hijo mayor estaba en USA por cuestiones profesionales – ahora está allí también- y aprovechó su tiempo para acudir a un mítin trumpetero. Blasfemaba como un poseso sobre la experiencia diciendo que los de aquí eran unos tribunos a su lado. Ni una idea, ni una propuesta ni nada de nada salvo «vamos a ser más grandes» y «recuperaremos el espíritu de la nación.» Vamos, como lo del cambio y el progreso. La cosa es tan absurda que sus intérpretes dicen que es proteccionista o que es un inversor en infraestructuras a modo de los gobiernos de los cincuenta, realidades ambas contradictorias.

Ya veremos, aunque personalmente creo que hay poco que ver.

He acudido impuntual a la cita con vosotros tanto por este motivo, que no me quería perder, como por el hecho de que estaba de viaje y no volví hasta ayer.

La vida de las personas normales sigue tal cual. Mi salud está regular por causa de la diabetes y me he prometido por enésima vez meterme en médicos. Como soy hipocondríaco me asusto y me paso el día cabreado. Mis actuaciones en el mus se cuentan por victorias y colorín colorado este cuento, por hoy, se ha acabado.

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