Después de los vaivenes que os he venido contando he recalado, como en los últimos treinta y tantos años, en la isla de Lanzarote. Esta tarde marcho a Madrid y mañana pretendo asentarme con cierta tranquilidad en Marbella.

Sinceramente, la huida del calor madrileño ha motivado un exceso de movimiento que ha repercutido en un cierto agotamiento. El año que viene proyecto una mejor instalación de aire acondicionado y un menor ritmo de viajes.

En la isla he tenido encuentros agradables. Además de Rafael, al que veo de vez en cuando, de Domingo, al que veo siempre, a Bienvenido, de frecuente visita, he visto a un buen amigo que no trataba casi desde los comienzos. Es Enrique Plata que además de ser una persona apreciada, al que no veía desde soltero ¡¡me ha reconocido¡¡. Cosas del veraneo.

Por la cosa general, puedo decir que ha pasado lo que vaticiné la semana pasada. Los majaderos que aparentaron estar escandalizados con el destino de Wert se han encontrado con los casos de las Bibianas y Aídos, quizás dos muestras de analfabetismo sublimes disfrutando de la mamandurria. Y lo que te rondaré morena. Ojalá esto sirva para introducir algún elemento de control sobre estas prácticas.

El verano, no sé por qué es también época propensa a disgustos de salud. Esta vez Beatriz, amiga, esposa de uno de mis mejores amigos y conocida desde los siete años, y Emilio amigo montañero ejemplar han sido víctimas del dolor. Nada, nada a reponerse del todo como esperamos todos nosotros y también esperan los médicos que os cuidan cuyo optimismo compartimos.

Por último, hay temas que resucitan como son el ático y las andanzas de Granados, el amigo de la Espe. A mucha gente se le había olvidado que ocupó la Presidencia de Arpegio para distribuir suelo público, eso sí, para los pobres. Del ático cada se sabe más y todo en el mismo sentido y la Espe sigue diciendo que ella no tuvo nada que ver. Al parecer sabía menos que la Infanta en los gastos de su casa.