A mí me parece que exageran mogollón pero Rajoy transmite sensación de pavor, más ahora que le ha dado por salir de la cueva con el objetivo de manifestar solemnemente que es necesario cumplir las leyes, como si los ciudadanos no se hubiesen dado cuenta. Nos toman por lo que somos y, al final, es como si un bombero a la vista del fuego insistiera solemnemente en la necesidad de apagarlo. En los dos casos transmiten pavor.

En contra tiene el tiempo porque, como buen Registrador, su capacidad de reacción está a mitad de camino entre la del escarabajo pelotero y el más atlético de los hipopótamos. Por todo remedio ha puesto unos chicos y chicas sin corbata  que repiten como loritos las mismas palabras inanes de su jefe. Si la cosa funciona habrá sido el último invento de la mercadotecnia democrática.

A favor tiene dos cosas, a saber, que la economía mejora y que los de enfrente son como son, o sea, una catástrofe. Lo del tal Sánchez pidiendo reformas penales que están en vigor o lo del Luelma o Hernando, es que no me acuerdo de cuál de los dos, señalando que a Wert no se le puede dar un cargo internacional porque, a su juicio, fue el peor ministro de Educación son ejemplos para nota. Así gano hasta yo.

Los cargos internacionales han sido siempre uno de los refugios de la mano dadivosa del poder que suele ejercerlo de forma arbitraria, y eso sin perjuicio de que a mí Wert me parezca un buen ministro al que la furia sectaria de los socialistas y comunistas, que consideran a la materia educativa coto privado de caza apoyados en los malhadados cuerpos docentes, le han hecho la vida imposible.

Por otra parte es conveniente hacer memoria de qué han hecho los socialistas en su caso. Al margen de las estridencias zapateriles, sólo hay que mencionar a las Elenitas, la extremeña de la vivienda, Almunia y otros cien ejemplos. Sucede que nadie lo fiscaliza y que además, hasta ahora, tampoco ha habido excesiva demanda. En principio, hasta tiempos relativamente recientes no ha habido un amplio conocimiento de idiomas entre los candidatos y aunque hay gente que le echa mucha cara siempre hay otra con ciertos miramientos.

En segundo término, porque a muchos hipotéticos favorecidos no les gustaba vivir con la familia fuera de España, pero esto pertenece al pasado. Ya no se puede, como se ha hecho siempre, ostentar un cargo de fuera, cobrar como de fuera…..y pasarse el día en Madrid. Las jefaturas de las Oficinas de Turismo eran un caso clamoroso. Yo conozco a gente que no sabían donde se hallaba su destino. La verdad es que tampoco tenía la menor trascendencia. porque era gente que ni servía para nada ni nadie se lo pedía.

Por otra parte, y esto ha sido una conclusión de mi último viaje, las diferencias entre vivir fuera o dentro son cada día más pequeñas y, en épocas de buen tiempo, inexistentes. Una de las cosas que me han llamado la atención es la cantidad enorme de compatriotas que me he encontrado y ya no hablamos de los chicos jóvenes que tradicionalmente visitaban el Reino Unido o Irlanda. Ahora son grupos de personas mayores, de mujeres y hombres juntos o por separado que sobre la curiosidad por conocer mostraban grandes condiciones de resistencia física que a un andarín solitario como es mi caso le producía una indisimulada envidia.

En España está de moda decir, es un snobismo más, que el viaje ha estado bien pero, en sentido peyorativo, el país estaba lleno de españoles incluyendo a los que no quieren serlo. Confieso que, ante este fenómeno, disfruto muchísimo. Para mí es la única solución a nuestro secular atraso que acaba derivando en cosas como la Carmena o la Colau. Esto se pasa con civilización en dosis de choque. Maduro o Tsipras no se pueden analizar con parámetros de seres humanos. La respuesta está fuera.