Una cosa es la presunción de inocencia, gran hallazgo del Estado de Derecho, y otra bien distinta es la presunción de vergüenza que raramente acompaña a los que se tienen que beneficiar de la otra presunción. Aznar es presuntamente inocente de la quiebra de Cajamadrid. Incluso Blesa, aunque cueste más trabajo admitirlo, también lo es. Pero ni el uno ni el otro tienen la otra presunción después de conocerse los correos por los que Aznar y su amigo se carteaban sobre las cosas de comer que acabaron con el dinero de miles de españolitos. No vale, como dice Aznar, que no era para enriquecerse. Primero, porque nadie lo sabe ni lo puede averiguar y, segundo, porque sus razones no alteran el producto.

Igual le pasa a Nacho González y su santa en el negociete de Guadalmina. Inocencia a tope por ahora pero tampoco parece la manera más normal de que el Presidente se compre un piso. Sociedades en paraísos, dineros cuyo origen se desconoce, al igual que su cuantía, y varios interrogantes más hacen que se imponga una pregunta. Habiendo como hay tantos anuncios ¿ por qué no se compraron el pisito como hacen los demás ? Y si ellos tienen todas las presunciones ¿ por qué razón no las tiene la jueza de Estepona ? Tampoco parece que ésta les haya condenado a la pena capital.

Nacho era amiguete de la Espe igual que los del Gurtel. Blesa lo era de Aznar.  Cada uno puede y debe ser amigo de quiénes quieran. Podríamos hablar de que existe una «presunción de pupitre» que se superpone a todas las demás pero esa te hace incurrir en la quiebra de la presunción de vergüenza. Y lo peor es que luego les da por escribir campanudos artículos en la prensa de la infanta enseñándonos a todos lo clarividentes que son. Porca miseria.

A todo esto se ha terminado la configuración del Consejo. Ha habido de todo. La Permanente queda a cargo de un burócrata del PSOE, Alvaro Cuesta, y el delfín de la Cospedal, Gerardo Mrtínez, ambos juristas de «recatado prestigio» bien que su función no exija saber dictar resoluciones jurisdiccionales. A los dos les favorece una Permanente de perfil más bien bajo que no les va a imponer cortapisas a su notorio afán de poder.

Las segundas líneas están mucho mejor. Los Presidentes de dos Comisiones son Magistrados del Supremo más que notables, Rafael y Wenceslao. y el Secretario General un compañero estupendo, José Luis Terreros. La tarta final la pone el Jefe de Gabinete, Gervasio Martín, compañero y amigo con el que he tenido la suerte de compartir funciones. Una gran elección.

Dejo para el final la presidencia de la Comisión de Igualdad que, como se refiere a la mujer, viene por ley obligada a que la presida una fémina. No es broma, viene en la ley, en una excéntrica interpretación del principio de igualdad proclamado en la Constitución. Dirán, como han dicho otras veces, que no es discriminatorio porque se trata de discriminación «positiva». Semejante chorrada está muy en boga para tapar multitud de tropelías pero yo tengo prohibido que alguien que la sostenga se siente a mi mesa. Soy así.

Lo más cachondo del asunto es que la presidenta debe su cargo, es unánimemente aceptado, a la influencia de su marido, fiscal también de recatado prestigio. El acabose.

Para final, algo de fútbol;  a estos no les encaja presunción alguna. Resulta que han vivido siempre de las ayudas públicas, principalmente el Madrid, el Barsa y el Valencia. Ahora los competidores en el mercado de fichajes se han cabreado y les denuncian. Almunia ha sufrido un ataque de honradez incontrolable y parece que va a por ellos y los aludidos responden a la catalana apoyados por el inefable Cañete ¡¡¡ PERSIGUEN AL FUTBOL ESPAÑOL¡¡¡. Se olvidan de que en el fútbol no hay españoles y de que en Manchester no hay Carabancheles que intercambiar por Castellanas. De esta forma acaban fichando a Bale, el jugador de futbolín con mentón de alférez provisional, por los muchísimos millones que ganan en sus gatuperios. ¿presunción de qué?