Ignoro si os acordais pero hace algunos años nombraron a un personajillo, que se llamaba,  y creo que afortunadamente se sigue llamando, Blázquez, obispo de Bilbao. El caso es que al PNV, que en eso de los obispos, y de otras muchas cosas, creía tener derecho a decir la última palabra, no le gustó porque le parecía tibio en las cuestiones del «conflicto»,  y  adornó al prelado con el epíteto- con el estricto ánimo de tocar las narices- de «un tal Blázquez» con la insana intención de denigrar la vulgaridad de un apellido castellano. El «tal» les salió peor que Josu, entre otras razones por el miedo que tenía, y ya no se volvió a ver denigrado.

Ahora ha pasado lo mismito con Sánchez. Este es bastante peor que el obispo y ha empezado poniendo orden al estilo Zapatero. Se ha cabreado con quienes van a ser sus jefes en Europa y ha decidido, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, darles un corte de mangas extensivo a sus propios compañeros de grupo siendo así desleal con los pactos previos. Me lo imagino cuando le pase lo que a su Maestro con la bandera USA en el desfile y su posición sedente. Le veremos como al otro arrodillado ante el teléfono mientras la suplicaba perdón al sucesor del dueño de la bandera y le prometía todo tipo de recortes. Son así, qué le vamos a hacer y eso que había entrado con buen pie ante mi soberano juicio, y no por guaperas sino por haber sido jugador del Estudiantes. Otra decepción en mi ya lacerada vida.

Por cierto, hablando de deportes os tengo que dar la malísima noticia de que al Madrid de mis aficiones, que no amores, ha vuelto un tipo nefasto genuino representante de la mafia balompédica que preside Florentino. Se trata del dirigente sindical Fernando Hierro, que era conocido como el Frank Nitty del vestuario a las órdenes de Al Raulone quien, a poco que nos descuidemos, aparecerá también por aquí dando fin a su reclusión en el Alcatraz del Golfo Pérsico. Malos tiempos nos esperan querido José Antonio Abad, aficionado de pro y gran conocedor de los misterios de la Casa White.