La que van a liar en Francia es de mucho cuidado. Allí como aquí y en todas partes la política socialista consiste exclusivamente en gastar dinero ajeno. Para ello buscan primero el pretexto de la piedad, que si dinero a los bebés, a las mamás, a los discapacitados y a los pobres de corazón que dicen las bienaventuranzas. Si luego los que curran para dar de comer a todos estos desgraciados se van al paro, allá ellos, que algo habrán hecho, como se decía hace años en el País Vasco cuando ETA mataba a alguien. Se empieza así, satisfaciendo los deseos de piedad, y se acaba con lo de la lenteja en África o lo del mapa del clítoris, que ya casi nadie se acuerda.

Sin embargo, lo que me ha llamado la atención es que se diga, lo he oído hoy en la radio, que en España no pasaría nada por la victoria socialista; es más, que los mercados apartarían su atención de nosotros para dedicársela a los franceses. Estos mercados parecen tontos.

Si gana Hollande se pondrá a gastar dinero como un poseso -ya lo ha dicho- y provocará la ruina del país como hizo Mitterand. Para ello tendrá que pedir dinero a los “mercados” y éstos, que no son gilís, les subirán el precio. Ahora, como son los mismos que nos lo prestan a nosotros, se encontrarán con más gente para el mismo dinero con la agravante de que ellos todavía son más solventes. Consecuencia: con nosotros serán aún más crueles. Blanco y en botella.