Tuve la suerte en su día de ser requerido por la Universidad de León, a través de mi amigo el admirado profesor de historia norteamericana Juan José Coy, para escribir una larga introducción al libro resumido que iban a publicar acerca del movimiento Muckraker algo difícil de traducir pero que puede ser los»limpiadores de la porquería»,movimiento literario de raíces periodísticas que estuvo en boga en USA allá por los comienzos del siglo XX, auspiciado por los grandes editores de periódicos que habían cobrado notoriedad con la guerra de Cuba contra el «colonizador» español.
El leitmotiv de la cosa era el libro de Lincoln Steffens » La vergúenza de las ciudades» que pasa por ser un clásico de la materia cuyo autor falleció en los primeros días de la sublevación militar en España tal y como apareció en un folio de su máquina de escribir con cierto aire de noticia extraña a la que no concedía singular importancia.
Con tan agradable motivo tuve que empollarme durante meses los antecedentes del periodismo de escándalo en aquel país e indagar sobre sus raíces. Es curioso, pero a esto voy, la corrupción se edificó sobre dos terrenos sumamente fértiles, a saber, los muelles de los puertos y los mercados municipales, este último cuyo relato corrió a cargo de Upton Sinclair.
La deriva en los dos casos fue más o menos la misma. Sobre un mercado potente e imprescindible se tejieron unos fuerte vínculos entre unos aparentes sindicatos y los poderes públicos que tenían la función de controlarlos con el fin de monopolizar la oferta de trabajo. Como es lógico, de aquí a la mafia no había sino dos pasos que apresuradamente se consumieron. Afortunadamente aquél es un país donde la libertad de empresa y de competencia son sagradas y, en consecuencia, con la ayuda de la prensa, parte de la situación fue restablecida.
En España estas cosas tienen otra salida y así nos va. Los muelles los trajina directamente la mafia que se busca por anticipado los aliados públicos que requieran, en nuestro caso la guerra, la estructura familiar y el Psoe andaluz que es de armas tomar. Total que hemos llegado al problema de los estibadores donde un supuesto Parlamento se permite el lujo de votar contra la libertad y contra una estructura superior a la que se pertenece por su propia voluntad. Nuestro país es tan primitivo que empiezo a pensar que necesita un moviendo muck con 150 años de retraso. Supongo que todo acabará arreglándose pero estamos avisados de con quien nos jugamos los cuarto.
Vayamos a cosas más serias. El Madrid juega cada vez peor de la mano del Presidente de ACS, un francés con cara de tonto y unos jugadores que son como bailarinas que no heces otra cosa que cuidar sus piernas a base de no arriesgarlas y sus pulmones evitando que se cansen pero que mediante malabarismos mantienen una popularidad que cimenta los avales del albañil y esto sea dicho con el máximo respeto a los muchos maestros en este oficio.
Llega la holy week y ahora se pone de moda los místico. Quizás pase algunas horas en Sevilla, circunstancia que aprovecho para visitar la ciudad que más me gusta del mundo y ver a familiares queridos. Lo demás es un espléndido auto sacramental que, no por visto muchas veces, pierde la capacidad de emocionar.