Este dicho policial, de cuya certeza carezco de prueba alguna, viene a decir que todo en la vida es cuestión de paciencia para descubrir al verdadero culpable. En el caso del Madrid el culpable estaba claro desde un principio pero eso que el pueblo llama los jueces se lo cargaron al prohibir la «operación Bernabeu» algo por lo que se pretendía cambiar la Castellana por Carabanchel.
Resulta que con los años el gatuperio se reproduce y hoy se firma el nuevo convenio con el Ayuntamiento de la capital, ese conjunto de analfabetos presidido por una doña de la que sería injusto decir que tiene las facultades mentales deterioradas ya que nunca se probó que tuviera esas facultades.
No digo los términos concretos pero que el asunto tiene trampa es prácticamente seguro. No veo yo a Floren preocupado y gastándose 400 kilos en velar porque la lluvia no llegue a ningún espectador y eso, en primer lugar, porque en Madrid no llueve. Cuando sepa en qué consiste la nueva jugada, y lo sabré, ya os lo contaré pero no me cabe duda de que su único objetivo es comprar más cristianos, ya sean clásicos o protestantes.
Han vuelto también los clásicos del PSOE. Mucho abstenerse para que haya gobierno y a día de hoy ni está tan claro ni se sabe si lo del día siguiente va a ser mucho peor. Quiero a Rajoy porque quiero la reforma laboral y las leyes económicas. Si el precio para que haya gobierno es que las actuaciones sean las que siempre han propuesto los socialistas, estoy con las terceras elecciones o las que hagan falta. Si son un disparate mucho peor es actuar bajo la idea de que los perdedores son los que han sacado la absoluta. El colmo.
Y lo de Colombia sólo está empezando. Santos es un canalla que, protegido por unos cuantos asesinos, se ha ido a La Habana a entregarle la victoria a los malnacidos de las FARC. Tan es así que la cola de espera se le ha llenado de gente; todos quieren un trozo de la tarta. Es imposible que Uribe aguante la presión de la progresía mundial. Me temo lo peor.
Por último, y como cada cuatro años, se celebran elecciones en USA y, como siempre, en España el árbitro electoral es Cebrián y su brazo armado El País. Tienen un concepto singular de la vida americana y nunca aciertan con los pronósticos porque no aceptan que los yanquis no son como ellos. El malo malísimo de Trump será tan horroroso como dicen, o peor, pero va a haber un puñado de millones que van a decir que lo prefieren como Presidente. Hombre, Hillary es impresentable pero quizás no lo sea tanto.