A la vista del panorama sólo nos queda preguntarnos qué fue del antiguo Estado de Derecho, aquél por el que tantos luchamos tras la esperanza que nos ofrecía la muerte del dictador…. y algo más. Aquello fue extraordinariamente laborioso; hubo que crear toda una Administración, con sus funcionarios y todo; hubo que inventarse todo un entramado jurídico-público y también fue necesario un nuevo sistema judicial y todo eso además de una tarea innovadora en las Fuerzas Armadas y no digamos en las del Orden Público.
La parte más ímproba de la tarea consistía en molestar lo mínimo posible no sea que se cabrearan demasiado los anteriores. Todo se hacía con ellos para que siguieran llevándose la pasta y no soltaran los pies por el aire.
Así andábamos mal que bien hasta ahora en que parece que el tinglado se ha ido a hacer pùñetas de la mano de un infame traidor del que además ni tan siquiera se conocen los propósitos. Se trata de negar cualquier posibilidad de que la nave se mueva …ni siquiera bajo su mando. Mientras tenga un Diputado aquí no se mueve nadie… y ya está.
Menos mal que en los Estados modernos sigue mandando la pasta y que, además, los socialistas inventaron las autonomías que son una máquina de gastarla. Todo apunta que la falta de dinero los asfixiará y mandarán al tipejo a donde le corresponde permitiendo que los seres humanos sigan intentando la supervivencia.
A todo esto la ausencia de Administración se rellena automáticamente o bien con la irrupción de locos de todas las marcas o con el imperio de la opinión de los periodistas. Opinan de todo a todas horas sin rumbo de ninguna clase aunque con clara tendencia socialista sin lo cual carecería de explicación que estos sobrevivan. Hemos asistido al nacimiento del Estado periodístico, claro fenómeno de regreso´n histórica. La supuesta libertad de expresión su sobrepone a la presunción de inocencia para sustraer los conflictos a los jueces, que al cabo son unos corruptos además de lentos y poner a los periodistas que son prístinos y rapidísimos.
Los nombramientos han de hacerse con criterios de oportunidad, que naturalmente definen ellos, y la corrupción es el blanqueo, qué tendrá que ver, de tal manera que los 1000 euros de Rita la cantaora son iguales a los 741 millones que les robaron a los parados y digo iguales por decir algo.
Es repugnante pero lo que importa es salvar al soldado Ryan que está, al parecer, en un regimiento de tribuletes. Es el precio a pagar por un supuesto papel en lo que se conoce como «transición». Dita sea
Coincido en lo del «nacimiento del Estado periodístico». Confieso que me asombra ver constantemente a una serie de «plumillas», en general bastante indocumentados, que se asoman todos los días y a todas horas en emisoras de radio y cadenas de TV de todo jaez, pontificando sobre todo lo humano y en posesión de la verdad sobre lo que sea,, lo que les autoriza a interrumpir a sus compañeros de tertulia y a gritar,, si es preciso,, en defensa de sus tesis. Algunos de ellos son tan frecuentes que parece que tienen la capacidad de algunos santos del Santoral de la bilocación. Por otra parte, es frecuente que «asomen la oreja» descaradamente sobre su obediencia política de procedencia o sobre amo que les ha recompensado con un puñado de cacahuetes. Por cierto,, tengo una gran curiosidad por saber cuáles suelen ser los honorarios de estos «padres de la patria». Lo peor de todo es que esta forma de hacer programas «políticos», tan parecidos al difundido y exitoso «Sálvame», ha invadido también las tertulias futboleras y, amigos, esto no puede ser. ¡Hasta ahí podríamos llegar! ¡esto no se puede consentir…!