Rajoy se tiene que ir y el misterio de León

Rajoy se tiene que ir. Le he defendido siempre contra viento y marea quizás por el terror que producen sus adversarios incluidos el coletas, Sanchez, el irresponsable avaricioso y el inane Ciudadano. Lo que sucede es que la cosa ha pasado de castaño oscuro a raíz del trinque de naranjas valencianas.

El problema de Rajoy no es que sea un corrupto cosa que desconozco y que es impropia de un Registrador de la Propiedad. El problema es que ya no da confianza a nadie y el personal está únicamente a la espera de saber cuál será la próxima. Formalmente, además, existe la misma razón para solicitar su salida como la que existió con Esperanza y yo defendí con ahinco y escasa fortuna. La política no es necesariamente un proceso penal. Cuando resulta que al jefe se le escapan los subordinados para engrosar las filas de los reos por corruptos el jefe se tiene que ir sin ponerse a contar el número de votos que le auparon. Rajoy y Ese tienen por ello que largarse y demostrar que Bárcenas o Granados fueron responsabilidades suyas al nombrarlos para sus cargos.

Parte de la crisis actual no es sino la consecuencia de su pereza para abandonar el sillón y sin ellos no digo que la cosa sería más fácil – Sánchez es mucho Sánchez- pero podría hablarse de algo.

El otro tema de los titulares es la desaparición del abogado de León. El afectado cuenta que alguien en un bar le introdujo un brebaje a consecuencia del cual «perdió el sentío» como se diría en una canción de amores en Andalucía La verdad es confusa, para qué engañaros, pero en la ciudad corren rumores que, sin negar que perdiera el sentío, atribuyen la pérdida a otras causas también pasionales pero de peor aceptación social. Es terrible padecer de la condición de ser humano. Cuando te quieres dar cuenta haces que se paralicen los juicios.

Por último, os confieso que tengo un cabreo monumental con el asunto del torero majara que considera de lo más natural echarse a un  bebé a los brazos para pegar pases a una vaquilla. Hay que ser de bellota para poner en peligro la vida del bebé por hacer el gilipollas. Y los fiscales a mirar al tendido que es lo que más les gusta y la Fiscal General ni mú. Qué desastre.

Soy taurófilo y desconozco, fuera de la chulería que nos invade, por qué hizo la bestialidad. Esta mañana un amigo mío, que no es muy aficionado,, defendía al torero con el argumento de que la hija era suya y podía hacer con ella lo que le diese la gana. No llegó a defender ni el abuso ni que la tirase por la ventana quizás porque de estas cosas se podía dar cuenta, no sin cierto esfuerzo, hasta el Fiscal  y encima dice que criticar la animalada es meterse con la Fiesta.

Los toreros suelen ser de extracción humilde y de origen agrícola. La cosa empeora cuando además proceden de otros toreros pero me consta, conozco a varios, que hay personas fantásticas que jamás harían algo semejante.

A mi el país me empieza a preocupar desde el momento en que haya gente que confunda el Registro Civil, que te inscribe un hijo, ……………………con el Registro de la Propiedad. He dicho……………….cabreado.

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