Con obligado, y esta vez voluntario, retraso os manifiesto algunas reflexiones sobre lo que parece ser la gran tragedia de ayer. Un grupo de demagogos que se han aprovechado de la corrupción televisiva ha ocupado centros básicos de poder en contra de los intereses de los ciudadanos que acabarán por descubrirlo cuando la cosa tenga difícil remedio. El hecho de que el fenómeno se haya producido a través de mecanismos democráticos configura la obligación de aceptar el resultado pero no añade nada sobre su conveniencia. Ha sido malo, muy malo y no reconocerlo es el primer peldaño para no buscarle remedio en próximas ocasiones.
En el plano de las ideas generales ha ganado una opción antieuropea, nacionalista en lo regional y enemiga del rigor en las cuentas. También es antiatlantista, en el sentido tan querido por estos pagos, de vale todo contra USA, y sus modelos son dos países despreciables en todos los sentidos como Gracia y Venezuela. Da hasta vergüenza pronunciarlos.
En el plano de lo concreto cualquier opinión carece de soporte por la sencilla razón de que ya se han ocupado ellos de no desvelar sus intenciones. Nadie sabe qué pretenden hacer con el IBI o el Impuesto de Sucesiones que son sus nuevas competencias. Que los subirán es claro porque ahora tendrán que alimentar a una nueva pléyade de parásitos que estaban parapetados en sus siglas. Dirán aquello de que han creado puestos de trabajo cuando cualquiera sabe que, con su asalto a los presupuestos públicos, los han destruido a mansalva.
Luego harán y dirán muchas tonterías como corresponde a las características personales de los elegidos. Zapatero pasará a la historia como un remedo de Demóstenes con la diferencia de que ahora habrá más alcachofas y dispersión. Siempre nos quedará la Constitución para tratar de poner coto a los desalmados pero mi fe en la eficacia de los instrumentos jurídicos ante avalanchas como las que se avecinan es perfectamente descriptible.
Por buscar algún alivio del panorama se me ocurre el adelanto de las generales en el momento de máxima alarma en el cuerpo social. A esto se opone la personalidad escasamente ágil de Rajoy que en todo el proceso no ha podido comportarse más torpemente. Elegir como candidata a una ancianita más pasada que el arroz de la mili y que tenía como única obsesión moverle la silla a quien le había designado era ya un comienzo pero ha hecho otra aún más gorda.
Decía la Cifuentes, que ha contado con mi voto – no así la otra -, que les ha faltado tiempo de campaña. No se puede saber porque al ritmo que le salían los escándalos de corrupción podía ser incluso peor, pero lo que es indudable es que la siesta de Mariano se prolongó en exceso pillándoles con todo el pescao vendido.
No tengo ganas esta semana, estoy de un humor solamente regular, de hablaros de Ancelotti, de los juanpedros en las Ventas o de cualquier otra cosa seria de verdad pero valga el apunte de que tengo para mí que estamos en vísperas de alguna sorpresa en el Madrid. No se olvide que Florentino lo ha convertido en un ente de publicidad que necesita noticias para alimentarse y no lo van a tener sin comer hasta septiembre. He dicho, algo lacrimoso.
Querido Blogger: comparto sus sensaciones, y desearía hacer alguna consideración al respecto. No sé si es porque estoy algo «depre», pero me da la impresión de que nos estamos suicidando . Partiendo de la base de que NO HAY NINGÚN PARTIDO QUE DEFIENDA PROPIAMENTE VALORES CRISTIANOS O QUE SEA VERDADERAMENTE DEMOCRÁTICO, de Vox ni hablo, los tres millones de votos del PP que se han quedado en casa, que han votado en blanco o que han votado a Ciudadanos, que comparte todos los inconvenientes del PP y ninguna de sus ventajas (no son corruptos porque todavía no han tocado Poder y, además, se han quedado por debajo de sus expectativas y no sirven ni siquiera para una alianza). Estos exvotantes del PP, repito, serán responsables dee primera línea de lo que ahora va a pasar y, además, los principales sufridores de la nueva situación que se avecina, como verán con la fiscalidad de su pisito, de sus ahorros o de su herencia a los hijos,etc…
Siga usted con su valentía original, especialmente ahora, en que como le leo tiene usted más tiempo para dedicarlo a sus sanas y santas aficiones. Por lo menos, siga usted hasta que se lo permitan los salvadores de la patria que nos van a gobernar desde ahora. Practique la sana virtud de la autocensura o de la crítica encubierta lo que nos trasladará a nuestra ya, ¡ay!, lejana juventud…