Empecemos con la picaresca que, como sabéis, es una de mis aficiones favoritas. Tradicionalmente se ha especulado mucho con la tendencia natural de los monaguillos de beberse el vino sobrante de la Misa. El cura hacía como que no lo sabía y la cosa iba tirando hasta que, por la cosa del desarrollo, ha desaparecido la bendita profesión y aquí cada uno debe tocarse su campanilla, con perdón.
Monago ha mejorado el modelo en todos los sentidos. Aprovechando que el cura del Senado no le pide cuentas se ha largado con nuestra pasta a Canarias a fin de conseguir un adecuado uso del badajo ¡¡ 32 veces ¡¡. El cura confesor no se lo creería cuando, como es costumbre, le preguntara cuántas veces. Después, a la vista de la foto, lo entendería todo y pensaría estupefacto sobre la causa del cese ( en los viajes ). Lo malo de esto es la cantidad de adelantos y retrasos del reloj por la paleta manía de tener horarios distintos. Claro que, como yo digo en circunstancias parejas, se hace con mucha ilusión y si el reloj se estropea bendito sea.
Esto nos mueve a una primera reflexión sobre las coartadas de la izquierda y derecha en lo del trinque. La derecha se caracteriza por analizar la conducta del policía. Si no le han dicho nada o no se lo pueden decir, pues a trincar que son dos días. La izquierda acaba de inventar otro concepto, «la gente». Están todo el día dándole a lo mal que lo pasa. Qué coño sabrán ellos de quién es la gente y cómo lo pasan y por qué no analizan quien fue el culpable, partiendo de la base que sabe todo el mundo, analfabetos excluidos, de que el gasto crea paro y que éste es la causa de pasarlo mal.
Si lo «mal » que se pasa lo relativizamos en el tiempo, en otros momentos se pasaba muchísimo peor como cuando, en los años cincuenta, no había en los pueblos del sur, ni en los del norte supongo, ni agua corriente – de la otra había poca – ni luz ni comida. En mi pueblo extremeño existía la plaga de la mendicidad a la que socorrían los señoritos con alimentos y exigencia de sumisión y vigilaba atentamente la Guardia Civil, que para eso estaba. De esto no se dice nada porque lo importante es lo mal que se pasa cuando las elecciones las ganan los otros. Eso es como la cínica actitud de los que devuelven medallas. Son las ratas que saltan ante el inminente naufragio. Cuando se las daban los otros, a callar que hay niños durmiendo.
Esto de gastarse el dinero creando paro tiene el ejemplo paradigmático decuando los gobernantes se lo gastaban en sitios exóticos investigando sobre la evolución de la lenteja, eso sí, sabiendo que ellos tendrían el Consejo de Estado como cobijo después de haber consumado sus fechorías.
Por cierto, hablando de órganos inútiles, lo de Cataluña clama al cielo por haberse hecho el ridículo con truhanes de poca monta tanto en el Gobierno como en el TC. Que era una pantomima la posición del Estado lo sabíamos todos. Un comunicado y a tirar. Lo peor es lo del Alto Tribunal, del que se han cachondeado demostrando que están incapacitados para dotar de una mínima eficacia a sus decisiones……….. y eso cuando las toman.
Ante esta ola de pasividad, los Tribunales de a pie, se nota que escandalizados, están sucesivamente tomando cartas que parecen sumamente saludables. Se están cargando la teoría de la edad (los 70) y la de los dos años de franquicia para ordenar ingresos carceleros. En las cárceles las reservas están al borde del overbooking.
Lo único malo es el riesgo de que los tribunales entren en el juego de cuál es la conducta exigible a un personaje público y cuya transgresión conduzca a la trena en los dos supuestos descritos, pues puede suceder que ambas cosas las dicten los periodistas. Así, deben ir a prisión los relacionados con el cante y el deporte y a los dirigentes políticos que se fugan de la policía… ni se les molesta. Sobre esto un último apunte. A propósito de Artur el Magnífico las sorayitas no se cansan de decir que deben cumplirse las leyes. No aclaran, sin embargo, que se refieren a las leyes en Barcelona. En Madrid hay otras que, por ejemplo, prohiben aparcar en Callao o fugarse de la policía, seas quien seas, pero en este caso hay que analizar previamente si el policía tenía malas intenciones……como poner una multa por ejemplo.
¿No cabría entonar una palinodia ante las recientes comparecencias del Sr Monago con documentació, aparentemente correcta, en la mano…?