Los de Podemos no se lo acaban de creer. El pánico del ébola y las tarjetas han hecho el resto y no saben qué hacer con los escaños que les sobran.
El famoso virus me recuerda lo del Prestige. Una burda manipulación para hacer creer que el Gobierno hundió el barco e inundó de petróleo toda Galicia cuando lo cierto es que las autoridades evitaron todo lo que se podía evitar, eso sí, gastándose un pastón a través de los sindicatos para limpiar el chapapote que es como decir para sus cosas.
Con el ébola sucede los mismo. Algún idiota ha llegado a decir que había que «sacrificar» a la Ministra y poner en observación al perro. El idiota es del a ideología que se puede suponer y si estuviera mandando los de su ideología nos obligaban a todos a llevar el traje de buzo, bueno, a todos no, porque ellos lo único que llevarían sería el importe de la comisión por subvencionar la vestimenta.
Las tarjetas son otra cosa. Lo que llama la atención es el escándalo montado cuando simplemente los sueldos, que eran conocidos , multiplicaban por diez el importe de las tarjetas. Las Cajas son el primer caso de robo democrático- aquí hay para todos que decían- y lo que ha pasado es la consecuencia natural de un Estado sindicalista. Con Franco y con el mataelefantes. Podemos a lo suyo y a decir en la tele que la deuda no se devolverá si, estudiado casa por caso su gasto, se llega a la conclusión que fue utilizada para causas impías. Esto dicho con naturalidad, como habla el coletas, los pone de corbata aunque no sea sino la más burda demagogia fascista.
Para ser más digeribles en su repugnante mensaje se dedican a ensalzar reformes venezolanas que, por desconocidas, nadie puede someter a crítica como las universitarias. Amabilidad de estilo e ideas absurdas que no se pueden analizar forman el cóctel perfecto de lo que nos puede esperar. He aquí el virus nacional que no deja de crecer y expandirse.
Reseñas de agenda. El lunes asistí a la imposición de la placa municipal en el portal donde vivió y, principalmente, trabajó, mi maestro D. Eduardo García de Enterría. Mucha emoción. El martes la apertura de curso en la Facultad de Derecho de la Complutense con lección del profesor Muñoz Machado sobre los catalanes, ya sabéis, el otro ébola. Brillante como siempre y, al final, que hace falta otro Estatuto que les de más- no se de qué- y que lo diga la Constitución expresamente ( lo de que se les da más que al resto). Propongo que se les den las competencias exclusivas para regular el Calcio italiano. De esta manera no se cabrearán los andaluces.
Entre estas cosas, un libro. Se trata del ensayo de Javier Pradera «Corrupción y política, los costes de la Democracia» que ahora se publica pero que se escribió en 1994. Era la época en que yo reflexionaba con Javier sobre estas cosas y ello a pesar de las obvias diferencias en el enfoque. La experiencia se tradujo en que Javier me impulsó a escribir un ensayo sobre lo mismo – que cito en mi nota biográfica de esta misma página- sin que yo supiera que él había hecho lo mismo. Gracias Javier por tus amables y profusas citas.