El enemigo no es la casta, es la CASPA

Lamento contradecir al ciudadano de la coleta pero ha errado con severidad en su análisis de los males del país. Seguidamente lo demostraré.

En Arabia Saudita y en Irak ( aquí entre disparo y disparo ) no se habla de otra cosa en las tertulias de la tarde cuando llega el fresquito y los termómetros descienden a los cuarenta grados. Resulta que en una parte lejana de Al-Andalus hay un individuo , un tal Paulino, que no quiere petróleo en su proximidad y se opone a las oportunas investigaciones por más que los indicios hagan probable su éxito. Al principio en las mezquitas se propagó el infundio, es natural, de que se trataba de un perturbado sin oficio ni beneficio. Luego, y sin perjuicio de la falta de oficio, que era cierta, se aclaró el equívoco.

Resulta que era un enfrentamiento carnita al que los habitantes de Hispania son tan aficionados. Si hay petróleo puede beneficiarse un tal Soria que parece ser es enemigo de sangre del tal Paulino y toíto te lo consiento pero a tí te encontré en la calle.

Pasado el petróleo tenemos otra de mayor importancia si cabe. Hispania, como otros muchos países  atrasados, disfruta de monarquía, variedad del poder que hace mandar, tampoco demasiado, a una periodista y su santo esposo. Hasta ahí digamos que pasa en las mejores familias. Lo que no pasa es que, con motivo de no sé qué, un Fiscal le monte la zapatiesta a un Juez porque dice que no tiene pruebas para imputar a una de las que vive del cuento. Por cierto, acusa al juez de diversos delitos con muchísimas menos pruebas de las que dice echar en falta.

De una tacada el fiscal ha hecho un gran favor a los republicanos. Ha conseguido que se hable de un asunto que jurídicamente es una minucia destinada al olvido. Pero ha hecho mucho más. Para empezar ha politizado la cosa de tal forma que es de izquierdas estar a favor del juez y es de derechas si optas por el fiscal. Justicia Democrática, con razón y rapidez de reflejos, ha capitaneado la defensa judicial ante el sorprendente panorama de un ministro fiscal, el Presidente del Consejo también fiscal, el Fiscal General y el Presidente del Gobierno. Todos ellos, víctimas del » a mí la legión » han decidido apoyar al horror de Horrach. Van a conseguir destronar a la Leti y a su santo esposo.

Naturalmente la explicación de tanto disparate es el mismo cainismo de antes. Castro era íntimo de Horrach, se pelearon como buenos amigotes y el último ha sido víctima de su propio odio vulnerando los principios básicos del respeto institucional y tirando por la calle del medio. Veremos qué hace mañana el Consejo en la Permanente pero me temo lo peor. Está de moda el toreo de perfil. Al tiempo.

Para terminar, lo del futbolista caníbal. He tenido hoy una gran discusión con los contertulios de los domingos porque dos de ellos, en consonancia con la prensa deportiva, decían que la sanción del caníbal era excesiva. A mí me parecía excesivamente ……corta.

Contaré un sucedido. Corría el año 88 y yo prestaba servicios en Barcelona. Aprovechando que me trasladaba a Madrid me solicitaron con insistencia que me hiciera cargo del Comité de Competición del Hockey hierba y fuese miembro de su Junta Directiva.  Aclaro que ni entonces ni ahora he visto un solo partido de tan digno deporte, carencia que resolví rodeándome de expertos y de una persona más ignorante que yo, mi actual presidente de montaña.

La razón del nombramiento no era sino el fracaso del mencionado deporte en la Olimpiada de Corea donde quedamos sextos que es, para este deporte, un resultado similar al que brillantemente acabamos de cosechar en lo del fútbol. El entonces presidente de la Federación, un caballero extraordinario de nombre Leandro Negre, me convenció de la tarea porque el fiasco coreano se atribuía, ignoro el fundamento, a una actitud de rebeldía instintiva de nuestros jugadores con los árbitros quienes nos habían cogido rabia. Acepté con el cabreo de mi mujer, que al final acabó tomándoles cariño. Recuerdos imborrables de una gran época de mi vida.

Total, que me llamaron para poner orden con vistas a obtener éxito en Barcelona 92. No es por fardar pero oro y plata para chicas y chicos. Entre otros conflictos soporté una huelga por una sanción a perpetuidad a un jugador que le había dado con el stick en la cabeza creo que a otro que pasaba por allí. Con tal ocasión esbocé una teoría en virtud de la que, partiendo de que participar en una competición deportiva ni es una obligación ni un derecho natural, aquél que no tiene aptitudes para soportar su tensión con un mínimo de saber estar, debe ser excluído de la competición y esto vale para usar un stick como arma o liarse a mordiscos con los seres humanos.

Por cierto, como hoy decía mi amigo Mariano, qué asco de mordisco si vemos la cantidad de tinta que los jugadores llevan en la piel a causa de los tatuajes. Al caníbal deben darle un par de litros de colutorio.

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