El Ministro ha presentado su tan cacareada reforma del Poder Judicial y la Guinda irá destilando los comentarios que estime oportunos sin que ello quiera decir que la reforma sea algo más que parte del panem et circenses al que nos tienen acostumbrados en las épocas más próximas a elecciones de cualquier tipo. Supongo que será víctima de los plazos y que acabará en agua de borrajas. Aún no tengo claro si es mejor o peor.
La reforma es de por sí difusa y mucho más lo será cuando se someta a lo que llaman debate parlamentario, es decir, chalaneos varios con objetivos inescrutables. Lo normal es que al final todo esté lleno de «podrá», » cuando lo estime oportuno «, «previo informe de todo bicho viviente» etc..etc. No obstante alguna cosa se va dejando ver y, principalmente, qué intereses hay detrás de cada una. En este país, por ejemplo, un órgano no es nadie sin Gabinete Técnico, esto es, una banda de curritos para trabajar en lugar de los titulares de las Vocalías, Consejerías o lo que sea. Empezó el Constitucional, luego le tocó el turno al Supremo y al Consejo y ahora asoma la oreja, todavía con cierta timidez, la Audiencia Nacional. Quieren sus letrados como todo quisque.
Otra cuestión es la de las especialidades. Fue una gran idea hasta que los propios especialistas se erigieron en grupo autónomo de presión dictando las normas necesarias para conservar sus privilegios. Se llegó al punto de exigir ser especialista en la Audiencia Nacional sin que sea exigible para ir al Supremo. Así sigue mientras que su inventor, el célebre seglar, aunque por poco, Requero ingresa bajo palio en la Alta Cofradía bajo la bendición de Tristán e Isolda Lesmes, ambos arietes del PP que capitanean como águilas culebreras todo lo que se mueve en el Consejo.
Ya veremos qué le ofrecen al PSOE para su consuelo. Se habla de una plaza en lo Militar de alguien que no ha hecho ni la mili. Yo, por lo pronto, me voy a los toros en unos días sin que este año pueda ver a mi relativamente vecino de localidad Suárez Illana. Lo siento de verdad y ala macho a mejorarse. Es una orden.