Ya sabéis que mi única ideología es hacer un pequeño esfuerzo en favor de la regeneración española. Jovellanos, la Institución Libre de Enseñanza, yo mismo y miles y miles de personas, quizás comenzando por los erasmistas, hemos tratado de contribuir a la tarea.. Las cosas no van nada bien como he dicho tantas veces. Un país que desde la ruina quiere jugar a las Olimpiadas, que quiere, en favor de un forajido tejano, que, a través del tabaco se extienda el cáncer porque dice que no sabe si esta sustancia es o no perjudicial para la salud o no, y que deja usar el móvil en el Ave tiene mal arreglo y eso sin hablar de regalar la Castellana a un individuo a cambio de terrenos en Carabanchel.
Sin embargo algunas cosas mejoran y, entre esas, está el sexo. Siempre he creído que fue una mejora provocada por los movimientos turísticos que colonizaron el levante y Mallorca primero y las islas canarias después. Ls costumbres se alteraron y Fraga impulsó un necesario cambio de actitud en la Guardia Civil y policías locales.
En los sesenta fui testigo de un suceso significativo. Una pareja francesa en un bar de la sierra de Madrid se besó con cierta efusión. Ya os podéis imaginar el volumen de la pasión teniendo en cuenta que era la hora de la siesta en un sitio concurrido. Alguien los denunció y la pareja acabó en el cuartelillo sin mayores consecuencias pero hubo una denuncia en sentido contrario sobre la conducta del cabo en la detención. Creo que el agente domina a la perfección el euskera por la práctica que obtuvo.
Ahora las cosas no tienen nada que ver pero hace poco hemos visto los últimos coletazos del problema a propósito de la homosexualidad.
Zapatero se inventó el matrimonio entre seres del mismo sexo y lo hizo, como casi todo, simplemente por molestar a la derecha odiosa y odiada. Sin embargo, ha pasado el tiempo y casi nadie se acuerda por la simple razón que el fenómeno se percibe como lo que es, la simple manifestación de una libertad. Mucha gente me preguntaba a la sazón si, llegado el caso, yo oficiaría en bodas homosexuales. Solía contestar, con el único ánimo, como Zapatero, de provocar, que únicamente lo haría si no querían casarse.
A mi me parece que la unión de seres humanos, sin fijarse en cómo le sacan gusto al body, debe ser un negocio civil sin la menor conexión con religiones o brujerías varias y con la única función de regular los efectos civiles, con niños o con cabritas que me da lo mismo.
Y para terminar una anécdota sexual de la época ya liberal, pero regular. Un conocido de la opción presuntamente minoritaria le contó a otro amigo, en este caso íntimo suyo y mío, que padecía desazón por un motivo que podía tener solución mediante su ayuda. Resulta que en sus amores furtivos tenía relaciones con profesionales de la carretera que, ignoro la razón, eran pieza codiciada en la iconografía imperante. Pues bien, en los momentos de serenidad posteriores a la pasión, o sea cuando, según Tip y Coll, daba tiempo a consumir cien cartones de Winston, la pareja se ponía melancólico y aludía a su vida familiar supuestamente integrada en las normas convencionales acabando por enseñar fotos de sus hijos. Por ello el amigo de mi amigo le solicitaba a éste que le prestara fotos de los suyos. Así se hizo con el consentimiento de los niños, que ya eran mayores. Con los años, y ya casado el portador de las fotos, el suceso sigue dando motivos de diversión.
Para finalizar quiero contaros algo que he oído en la tele. Era un programa retrospectivo con resúmenes del NODO de los sesenta y, con la ampulosidad que les era propia, el locutor dijo que no era tan fácil ser azafata de vuelo puesto que «además de ser bonita hacía falta saber inglés «. ¡¡¡toma del frasco¡¡¡