Sólo hace falta leer mi nota biográfica en la guinda para saber la gran vinculación que tuve con D. Eduardo o El Maestro, que de ambas formas le llamábamos los muchos discípulos en sus numerosas actividades. Tuve la inmensa fortuna de ser su alumno en la Universidad, colaborador en su despacho, compañero en la montaña y contertulio en bastantes ocasiones. Nunca lo agradeceré bastante.
En estos momentos de abatimiento – su desaparición, a pesar de su avanzada edad, me ha venido inesperadamente – son muchísimos los recuerdos de vivencias comunes, las anécdotas, las opiniones cruzadas y todo ello presidido por la más sincera admiración. A nadie he admirado tanto.
Su concepción del derecho público en España, seguida por decenas de miembros de su Escuela y miles de juristas de a pié, fue completamente revolucionaria. Desde su lucha «contra inmunidades del poder», D. Eduardo es la referencia obligada para explicar, ya en el régimen del dictador y después en la era constitucional, todo el empeño de los juristas por someter a los poderes públicos al imperio de la ley y por impulsar a los jueces a la difícil tarea de ser imparciales cuando se enfrentan a la actuación de dichos poderes.
Podría sin duda resaltar sus inmensas cualidades, labor que ya harán muchos en venideras publicaciones, pero hoy prefiero referirme a la que siempre me llamó la atención por encima del resto. D. Eduardo era la persona más generosa intelectualmente que he conocido. Cualquier persona que se le aproximaba pidiendo su consejo sobre libros, escritos, opiniones o cualquier materia, recibía lo que pedía….y más.
Jurídicamente era un hombre que mezclaba con agilidad y sabiduría las doctrinas alemana , francesa e italiana ( las tesis ordinamentalistas de Santi Romano ) y, sin embargo , estaba singularmente atraído por el mundo anglosajón reflejado en el rule of law y el constitucionalista americano. Su forma de pensar se plasmaba en el deseo constante de encontrar en cualquier dilema la teoría que globalmente pudiera dar la clave de su comprensión.
En fin descanse en paz el amigo, maestro y compañero mientras que los de aquí intentamos seguir aprovechando sus enseñanzas.
EL CUENTO DE LA INERCIA
PARA LAS PERSONAS QUE PIENSEN QUE EL GOBIERNO DEL Sr RAJOY, SON CULPABLES DE LO QUE PASO DESDE EL MES DE DICIEMBRE DEL 2011 HASTA EL MES DE JULIO DEL 2013.
HABÍA UNA VEZ UN TREN, QUE EL GOBIERNO ANTERIOR ERA EL MAQUINISTA DE ESE TREN, Y DEJO EL MANDO DEL TREN DEJANDOSELO, A 190 Km POR HORA, EN UNA CURVA QUE SOLO PODÍA IR A 80 Km POR HORA, AL ACTUAL GOBIERNO, NUEVO MAQUINISTA, RESULTADO = EL QUE TODOS Uds. SABEN “DESCARRILAMIENTO”, MORALEJA = QUIEN TIENE LA CULPA DE DICHO “DESCARRILAMIENTO”, EL PRIMER MAQUINISTA O EL SEGUNDO, Y SI EL CULPABLE ES COMO TODOS PENSAMOS, PORQUÉ EL PRIMER MAQUINISTA “ GOBIERNO ANTERIOR” ECHA LA CULPA AL SEGUNDO MAQUINISTA “ GOBIERNO ACTUAL. ESTO NO TIENE NADA QUE VER CON EL ACCIDENTE DE SANTIAGO.
TODAS LAS PERSONAS EN LA VIDA TIENEN UN PASADO, PRESENTE Y FUTURO, Y CUANDO UNA PERSONA EN EL PASADO SOLO PIENSA EN EL PRESENTE, EN EL FUTURO IRA DE CULO.
LAS CONSECUENCIAS DE LAS CRISIS
PARA MÍ LAS CRISIS, SON COMO LAS TORMENTAS, DEPENDE DONDE ESTÉS EN EL MOMENTO DE LA TORMENTA, SI ESTAS EN EL CAMPO TE COJE DE LLENO, SI ESTAS CERCA DE UN PORTAL PUEDES PROTEGERTE, Y SI ESTAS EN TU CASA TRANQUILAMENTE, PODRÁS AGUANTAR LA CRISIS Y LA TORMENTA POR MUY FUERTE QUE SEA.
Pingback: El Derecho Administrativo llora el fallecimiento de García de Enterría | Contencioso es un pedazo de la blogosfera pública
Enhorabuena, Alfonso, por la semblanza, justa y ponderada, de ese gran profesor y mejor persona, que tanto echamos de menos. Un abrazo, Juanra
Que descanse en paz este hombre de bien, generoso en el trato y amante de la montaña y de su tierruca.
Pingback: El Derecho Administrativo llora el fallecimiento de García de Enterría – delaJusticia.com