Como os dije la semana pasada tengo al chaval tratando de que aprenda lo suficiente para decirle a la Merkel en su idioma que tenga la caridad de no abandonarnos ni en las manos de los nuestros ni, lo que es peor, de los otros. Quiero que nuestras cuentas las eche Ángela aun sabiendo que con algo se quedará pero sucede que aquí los unos y los otros nos dejan la caja reluciente.
En el trasiego de que Jaimito aprenda alemán, que no es poco trasiego, resulta que ha sucedido una cosa muy graciosa que no puedo dejar de contaros. El chico se ha ido a vivir con una familia a Baden-Wütemberg, al lado de Stuttgart en concreto. En ese Land se habla un alemán similar al español que se utiliza en las entrañas de Almería o Badajoz -mi tierra-por ejemplo. Hay que imaginarse que alguien le dijera al alemán que, entre otras cosas, a las palabras hay que quitarles la última sílaba. Mucho alcohol iba a necesitar el tudesco para sobrevivir a la experiencia. Jaimito está igual.
También resulta que la familia anfitriona procede de la antigua RDA, o sea, de la beneficiencia de papaíto Stalin, o Hönecker, que quiere decir lo mismo. Allí, la enseñanza era pública y el inglés el símbolo del capitalismo. Consecuencia: el segundo idioma era el ruso, y así se criaron. Mi pobrecito hijo se encuentra con alemanes en andaluz que, nadie sabe cómo, le dicen que puede dirigirse a ellos en el más correcto ruso. La situación abocaba a la tragedia cuando se presentó en la casa otro niño que, curiosamente, es ruso. Claro que, como éste se educa en libertad o lo que aquello sea, estudia en inglés. A la postre, para pedir el pan el español se lo dice en inglés al ruso, quien se lo traduce en este idioma a los alemanes los cuales, tras un camino de retorno de igual complejidad, le hacen llegar el ansiado alimento.
Como mi hijo es, como su padre, muy simpático, al cabo de una semana todo está arreglado y se entienden, no me preguntéis por qué, de maravilla en esa pintoresca comunidad. A esto ayuda el ruso que, por lo que dicen, también es muy majete. Esto no me lo pierdo y pienso traérmelos a todos para llevarlos a mi peña taurina. De esta me ligo a la Merkel y a mí no me recortará nadie.
Esto sucede por la gilipollez de encumbrar a la enseñanza pública. ¡¡¡Toma consecuencias!!! Y si habláramos de la sanidad, aún peor. Sólo son privilegios de desvergonzados conducidos por las sectas de siempre.
Y a propósito de sectas, para concluir sobre la validez de las reformas sólo hay que analizar a la secta que las combate. En Educación la secta de los Rectores, vaya panda, ha decidido oponerse a la exigencia de una cierta dignidad en la calificación para que los obreros españoles sigamos pagando las becas. Sobre este punto todo ha quedado dicho en un artículo definitivo de T.R. Fernández en El Mundo de hace tres días. Se conoce que los Rectores quieren que todos los becados se parezcan a ellos pero quizás habría que decirles que el analfabetismo aún no es obligatorio, todo se andará.
En Justicia Margarita Robles y su escudera Inmaculada Montalbán han hecho público un comunicado contra la reforma del Consejo en favor de la independencia judicial y no me acuerdo qué otras zarandajas. Y ellas ¿de dónde proceden? Que no me digan que las hicieron Vocales del Consejo mediante oposición o primarias. Con Margarita he hablado varias veces; con la otra sólo una. Es una experiencia inolvidable. Ahora ven peligrar el vivir del cuento por supresión de plazas, y se rebelan como gatos panza arriba. Normal.
Una última anotación. Ando en pro de una campaña para la pequeña política que se traduce en ideas concretas. La mía consiste en propugnar que al AVE se le quite la cobertura telefónica o que se penalice mediante un incremento de tarifa. Los consejos actuales no sirven para nada y los psicópatas del móvil se los pasan por el arco del triunfo. En las plataformas no habla nadie y según me dicen en Renfe no hay manera de coaccionar. Yo os convoco para que les arméis el pollo a los que hablan (yo ya lo he hecho con excelentes resultados) y si se tiene que parar el tren pues se para. Que suba la Guardia Civil y eche a los enemigos de la convivencia.
Por mi parte voy a tratar de tener una entrevista con el Director de la Renfe y a base de dar el coñazo algo conseguiré. Os pido apoyo. Si en los aviones se puede estar sin hablar por el móvil no entiendo por qué en los trenes no se puede hacer lo mismo teniendo además en cuenta que los trayectos son más cortos. Creo que los abuelos podemos esperar un rato más para saber lo monos que son los nietos (o irnos a la plataforma para contarlo).