Casillas y el pais de los enchufados

No sé si recordareis el caso Profumo y, también, caso Cristinita Keeler. Como sois todos muy jóvenes quizás no os acordéis, pero a vuestra ayuda acude gustosa La Guinda. Profumo, John para los amigos, era ministro de la guerra británico allá por 1963 y mantenía una relación discreta con Cristinita que, dicho sea de paso, estaba como no es podéis imaginar los que no seáis de esa época. La cuestión no es baladí porque la chica sacaba partido a su estado a base de echar «partidas» simultáneas con profusión. Al parecer era su negocio en la vida.

Entre sus íntimos amigos se contaba Ivanov, camarada agregado naval de la embajada soviética. Ambos ardorosos amantes – John e Iva- empleaban el tiempo de relax del pitillito en contarle a Cristinita cosillas que la entretuvieran y que demostraran que su amor era más que el simple desfogue. Así, John la distraía con historietas sobre los misiles de la OTAN, historietas tan diver que la niña se las contaba al ruso ante las risotadas de éste por las ocurrencias.

La que se armó. No se sabe si fue el MI5, como dice la versión oficial, o la propia santa de John, quien levantó el pastel pero la nena acabó en prisión y el chaval pasó más hambre que el perro de un ciego. Mac Millan dimitió de Premier y todos fueron infelices y comieron perdices.

Ahora resulta que el portero de un equipo de fútbol le cuenta a su nena, muy mona también, que el vestuario del equipo es un carajal donde todos entretienen su ocio odiando al entrenador. La nena es periodista y lo cuenta en público apenas lavada la cara y bien peiná y se arma la que se arma. El Profumo acaba chupando más banquillo que un botijo y los coleguis de la chica deciden que el malo es el entrenador. Floro, el jefe, toma partido por los tribuletes y Mou a la p. calle. Es como si en Inglaterra, como consecuencia del escándalo, hubiesen echado a la reina.

En un país sin enchufes, el que se hubiese ido a la calle es Profumo; en una empresa normal el espionaje estaría mal visto y su Presidente hubiese cumplido con su obligación. Ahora ya sabemos por qué el Madrid cambia tanto de entrenador. Son las pasiones de los jugadores y los tiempos muertos del pitillo……….aunque no fumen.

( prometo un artículo en serio en los próximos días )

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