Pertenezco a una generación de hombres que se han criado en la envidia hacia D. Porfirio y eso que todavía se desconocía el dato, que después pondría de relieve Trumman Capote en su libro al respecto y Tico Medina y Yale en una biografía, que la clave estaba en que era superdotado, y no hablo de coeficientes intelectuales. Así, por lo menos, lo dice la Wikipedia que constituye mi única fuente de conocimiento, una vez abandonado el Castán y sin perjuicio, como es natural, de mi enfermiza veneración por la jurisprudencia.
Porfirio fue el primer hombre en descubrir la importancia del tamaño y eso, unido a cualquier otra cosilla, por ejemplo, simpatía y buenas maneras, hizo que desplumase a una larga lista de damas empezando por la hija de Trujillo, el asesino, a la que éste se dirigía por el sencillo nombre de Flor de Oro. Debía de ser hábil porque, después de abandonar a la pobre idiota, consiguió que su padre le diera más cargos diplomáticos. Dicen que puso fin a sus días en el Bois de Boulogne una madrugada de 1965 al girar 180 grados, y a toda uva, su Ferrari coincidiendo así con un árbol que algún desaprensivo había puesto allí. Las malas lenguas también dicen que iba en plan Ortega Cano pero yo puedo afirmar que la cadena de custodia de las pruebas de alcoholemia no tuvo tampoco el rigor exigible.
Pues bien todo parecía indicar que Rubí- así se le conocía- iba a mantener su reinado hasta la eternidad. Entre que estas cosas han perdido relieve y que las señoras, como los señores, raramente se dejan desplumar, nada amenazaba el icono del monarca, cuando hete aquí que todo ha saltado por los aires y, además y como decimos los juristas, sin ánimo de lucro.
Creo que ha sido en Arabia Saudita, o en un país satélite, un pollo ha recibido la pena de extrañamiento ¡¡¡¡ por guapo¡¡¡¡. Resulta que ponía en peligro las virtudes de las moritas mocitas y, total, que a la p calle. Quiero creer que se había originado un verdadero problema de orden. Es posible que, bajo los harenes, se hubiese tejido una tupida red de túneles ( como en los campos de prisioneros del bigotes ) que, al margen de provocar constantes accidentes por las prisas de las fugadas, podía llegar a afectar ya no sólo a la honra sino a la seguridad de las conducciones petrolíferas, que es cosa más seria.
Por otra parte, me imagino la entrada triunfal del expulsado en París con los Campos Elíseos a reventar y circulando lentamente en un papamóvil, con su madre al lado, saludando y diciendo por lo bajito «soy Él, soy Él» . Se me caen las lágrimas.
Como a Rubalcaba no se le escapa una me imagino que cualquier día copia la idea, eso sí, como hace él todo, imponiéndola como obligatoria y sin machismo, esto es, expulsando tanto a hombres como a mujeres en tanto en cuanto pongan en riesgo la virtud del propio o del otro sexo. La guinda se presta a colaborar en el aspecto femenino- tenemos esa limitación – y no nos importaría sugerir una listita ¡¡ de unas trescientas ¡¡ pero con una condición también obligatoria : que, por fa, nos digan donde van.
Giro radical comò D.Porfirio. Nos están dando la matraca con que Rajoy no se atreve a reformar la hipertrofiada Administración tanto estatal como autonómica y que no lo hace por cobardía y miedo a la reacción de los poderes locales.
Pues no señor. No lo hace porque cualquier reforma mínimamente real pone de repente a otro millón en la calle y eso, como están las cosas, acojona. Prefiere esperar a más obsequios de Santa Merkel bendita reina de mi corazón o ya, en plan laico, a que venga la inversión extranjera a modo de desembarco de Normandía, que es lo que en tantas ocasiones nos ha sacado de apuros.
Muy divertido. Evidentemente conoce los manuales americanos de dialéctica que recomiendan
comenzar cualquier intervención con un chiste y luego pasar a lo serio.
Lo serio aquí es el «nudo gordiano» al que se enfrenta el Sr Rajoy. Lo malo es que puede
aparecer alguien con una espada que lo destruya de un «golpe».
Personalmente le recomendaría a dicho señor que leyese a Kant y que haga lo que haya que hacer movido
por un imperativo categórico o sea,¡ por cojones!. Pero, claro el Sr Rajoy es un político de raza
y con cinco hierbas, usted que es taurófilo lo entenderá, y poco se puede esperar. Prevalecerá
el corporativismo.
¡Ah! Enhorabuena por el programa.