Siempre intento aprovechar estas líneas para esbozar una pincelada de mi intimidad. Hoy pintan bastos. Luís y Josito tienen problemas de salud. Espero que todo quede en un mal sueño pero desde aquí os envío otro abrazo más para que lo unáis a los de tantas personas que os apoyan. Animo chavales y sirvan estas palabras como una provocación a la sonrisa.
Madrid y Barcelona tienen hábitos diferentes en muchas cosas. Por eso son ciudades magníficas y lo acredita mi experiencia. En Barcelona se dan muy bien las flores y como a los catalanes, además, les gustan pues es fácil tropezarse con su agradable presencia. La rosa, el libro, Las Ramblas, etc. etc. En Madrid, sin embargo, no gustan demasiado. Se consideran algo cursi y no están omnipresentes. Aquí no recuerdo restaurantes llenos de floreros en el centro de las mesas.
Sentía yo cierta envidia por la carencia hasta que, de sopetón, hemos descubierto que no eran flores sino micrófonos de colorines. Ni en las pesadillas quijotescas. Qué desilusión.
El problema no es el que parece. El verdadero problema es de índole diferente. Los catalanes, como se sabe, son personas muy discretas. Siempre he contado que en Barcelona, a diferencia de Madrid y muchos otros sitios, nadie te pregunta los lunes en la oficina por los detalles, incluso procaces, de tu finde. Allá ellos que sustraen así el encanto de un día horroroso.
La consecuencia primaria es evidente. Si les quieres extraer información no tienes más remedio que la astracanada de los floreros. En Madrid se utilizan otras técnicas igual de execrables pero, normalmente, con un par de cañas la gente te cuenta hasta el asesinato de Prim, que está ahora de moda. Si se resiste, dejando lo execrable, le invitas a una tercera y a partir de aquí abandonas tu propósito pues la víctima podría pertenecer al grupo de los discretos y, lo que es peor, a partir de la cuarta la información no es fiable.
Como vereis laguinda tiene explicaciones para todo.
Pasemos a nuestra Kirchner. Se llama Ana Pastor y, aunque tiene aspecto de haberse escapado de un anuncio de Suchard, es de armas tomar. Ha dicho que va a sacar a los Abogados del Estado a la calle para arreglar lo de Iberia. Entre la risa y los nervios no concilio el sueño. Los pobres Abogados se pueden enfriar y ya tenemos el lío. Pero además debe tener en cuenta que a estos chicos y chicas hay que dejarles muy claro lo que se pretende pues, en caso contrario, se remiten al expediente y, como decía el humorista «ir por ir es tontería «.
La cuestión es más espinosa porque nadie sabe lo que quiere la pastorcilla. Es obvio que quiere enredar y que normalmente pretenderá que le salvemos a los pilotos el miserable sueldo que perciben ( los 300000 o más euritos, apenas el de tres presidentes de Gobierno ) por el simple procedimiento de una nacionalización encubierta de la compañía a efectos de convertirla en la nueva minería del carbón. Cuando lo hizo la Kirchner con Repsol a ésta se le acusó de ser Marnie la ladrona pero contra la pérfida Albion vale todo. Menos mal que a todos estos caras se les acabó el cuento cuando entramos en el Mercado Común . Pero, ¿entraría este incidente en los temas de los Doberman del Estado o Sepla administrativo ? Como los escoja cachorrillos a lo mejor ni les suena.