Por invitación de mi amigo Santiago Muñoz Machado el pasado miércoles hice el acto heroico de asistir al debate político del año en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Debo decir que, para mi desgracia, con este motivo falté a mi tertulia taurina de los miércoles, donde se habla de todo menos de toros, y dejé de impartir mi excelso magisterio en la ciencia del mus.
Estuvieron los acreditados lidiadores Roca, M.Herrero, Cospedal y Felipe. Creo no haber presenciado un acto similar desde mis tiempos de estudiante o recién posgrado allá por el principio de los setenta.
Vaya por delante que la cosa salió de acuerdo con lo previsible, un coñazo. A excepción de Santiago, excelente profesor que, además conoce el tema de la descentralización de España como nadie, los demás no hicieron sino servir a los distinguidos clientes que les han dado riqueza, poder o las dos cosas a la vez. Roca, como abogado de cabecera de CIU, Herrero lo mismo respecto al PNV y, más concretamente, del insigne parlamentario -así lo citó- Arzallus (¿os acordáis ?), Felipe, de la PSOE, y la Cospe superjefa pepera con permiso de la otra sorayita. Al final lidió un sobrero el retirado matador extremeño Rodríguez Ibarra que puso la plaza boca abajo.
Vayamos por partes en la crónica del festejo deteniéndonos en mayor medida en las cosas más curiosas o que menos repercusiones han tenido en la prensa. El director de lidia, Santiago de Pozoblanco, por cierto propietario de la ganadería Jaralta de procedencia Peralta, estuvo muy bien. Conoce el oficio desde que a los principios de los ochenta, siendo unos chavales tanto él como yo (Santiago es cuatro meses más joven pero está mejor conservado y parece que son cinco) desempeñó la jefatura del Gabinete de Clavero y diseñó el marco preautonómico. Me ofreció, en nuestra entonces común condición de TAC, que me fuese a currar con él pero yo no estaba para esas aventuras. Luego elaboró la mejor y más denostada ley en la materia, la maravillosa LOAPA azote de todos los tontos, que si hubiese tenido más éxito quizás no estaríamos en estos lodos. Magnífica faena la suya, corta y coronada con estoque certero. Dos orejas para el público y ni puñetero caso por parte de sus colegas en la Fiesta.
Los demás, simples cebolletas hablando de sus irreconocibles batallitas de hace cuarenta años. La Cospe los miraba con cara de «¿Qué hago yo aquí con estos señores tan mayores?». Yo creo que asistió por empuje de PRISA que es la dueña del local, regalo amable de Gallardón.
Roca dijo catalanidades simplonas apoyadas en la existencia del «problema catalán», término equivalente al del «conflicto vasco», aunque sin nuca. Se traduce en «más pasta de los demás que la vida está muy achuchá y aquí somos algo gastones». Herrero, que envejece mal, abogó, después de decir que en España había excesos normativos, por llevar la asimetría a todos los niveles incluídos los municipales, es decir, póngame Vd. nueve mil leyes más para empezar y después hablaremos. Me sacó de mi sopor.
Felipe está simpático. Entre que vive del cuento, como siempre, y tiene una envidiable situación afectiva, ha puesto unos kilitos y rezuma felicidad. Como, por ende, viaja mucho y es un tipo, cuando se olvida de las pedanterías propias de su escasa formación y altas ambiciones, con gracia, pues cuenta apreciables chascarrillos. Nos dijo que en un reciente viaje a Brasil le habían sacado de paseo en una barca fluvial cuyo nombre era «Amores Eternos Tres» al parecer en homenaje a la tercera esposa del propietario. Aunque Felipe no esté en mi santoral, me hizo gracia y alegró una desdichada velada.
El sobrero fue lo mejor. No se le ocurrió otra cosa a mi paisano extremeño que proponer que el Rey a instancias de Mariano, delegase en el Príncipe para que éste, a su vez, nombrase una Comisión para reformar la Constitución bajo la presidencia de ¡Felipe! A mí esto de que un republicano invoque a un Príncipe me suena a la Cenicienta. Por otro lado, estos tíos jamás pierden elecciones y si las pierden nombran una Comisión para gobernar aparte. Así cualquiera.
Al final, todos coincidieron: hay que buscar la paz a través del consenso y si hace falta, a bofetadas.