A Rajoy no se le ha ocurrido otra idea que decir en pleno Consejo de Estado que pensaba suprimir órganos inútiles. Hasta que les aclararon que la cosa no iba con ellos, su imprudencia ocasionó un verdadero cataclismo. Ambulancias, médicos y psicólogos especializados en catástrofes se personaron de inmediato. Algunos lloraban ante la perspectiva de tener que trabajar, y lo que es peor, la necesidad de encontrar un curro como están los tiempos. Sin embargo, lo que llamó más la atención fue el caso de un hombre de aspecto bondadoso que agarrado a un tomo plañía : “mi libro, mi libro, no me aparten de mi libro que le he dedicado toda una vida”.
El CNI se puso a investigar ante la apariencia de que se trataba de un hombre famoso, un tal Zapatero. El libro era el tomazo de García de Enterría, que contiene un compendio de legislación y que, según manifestación propia, le iba a servir para hacer los dictámenes de la docta Casa. Sobre esto debe decirse que tal afirmación causó un pánico paralelo en la ciudadanía, hasta que fue tranquilizada por la aclaración de que los informes los hacía el prestigioso Cuerpo de Letrados, que además tiene algún Vocal que los representa (Romay y Landelino, que yo recuerde y conozca). Al final volvió la calma, pero entretanto…¡Qué zozobra! Con lo que le había costado y lo que se devalúan los compendios de legislación, más la decisión de dónde lo iba a guardar…que si en Madrid, que no cabe, o en la planta dieciséis del chalecito de León…Y luego el coste del transporte.
Ya estamos tranquilos y el hombre sigue tranquilo estudiando el índice. Esperemos que haya comprado la última edición.
Sr. Rajoy, Sr. Rajoy, cuidadito con esa boquita que ya no tienen edad para sustos.
Querido blogger: yo soy el que se llena de zozobra al oirle lo de » la supresión de órganos inútiles». A ciertas edades es muy cierta la mencionada inutilidad de algunos de ellos pero, aunque sea solamente por razones históricas, nos gustaría mucho conservarlos en recuerdo de pasadas hazañas, reales o imaginadas.
Por ello me permito sugerir a Su Señoría que sustituya el mencionado aserto por otro menos provocativo como, por ejemplo, «organismos inútiles».
En todo caso, muchas gracias por tratar de imponer un poco de cordura en este Mundo tortuoso, y «muchas gracias por el programa…».